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viernes, 23 de febrero de 2018
Las Palabras del Derecho: ¿Quichua o KICKWA?

Las Palabras del Derecho: ¿Quichua o KICKWA?


 Las Palabras del Derecho 

¿QUICHUA O KICHWA?  

Juan Pablo Aguilar Andrade 


Quichua, dice el diccionario de la Academia. Así lo escribió Luis Cordero en su diccionario y en su gramática y el artículo 1 del texto constitucional de 1998 disponía que el quichua, y otros idiomas ancestrales, eran de uso oficial para los pueblos indígenas. Hace algún tiempo, sin embargo, se ha generalizado otra grafía: kichwa; así consta la palabra en el artículo 2 de la Constitución vigente y, si se recurre a un buscador jurídico, se la encuentra escrita de esa manera, en algunos casos ya desde la última década del siglo pasado, en alrededor de cuarenta normas y otras tantas sentencias.

La explicación de estas dos formas de escritura está en la historia del idioma. Como se sabe, el quichua es una lengua ágrafa, esto es, una lengua que no desarrolló formas de escritura. Fueron los invasores europeos los que convirtieron en textos escritos las palabras del idioma andino y, para ello, recurrieron a su propio alfabeto. Muchas de esas palabras se hicieron castellanas y, aunque ignoremos su origen, las usamos cotidianamente: amarcar, cancha, carpa, choclo, combo, guacho (el de la lotería), ñato, pampa, pucho, yapa y un largo etcétera.

Lo importante, sin embargo, no es esto último, la adopción por el castellano de palabras provenientes de otro idioma, sino el hecho de que el quichua empezó a escribirse con elementos prestados, con un alfabeto y una fonética que no eran los propios sino que habían sido traducidos al castellano.

Esto solo empezó a cambiar en los últimos años, cuando el quichua empezó a escribirse desde sí mismo. Por eso, aunque las letras siguen siendo las occidentales, el alfabeto y la forma en que se expresan los sonidos son diferentes; por eso abundan las k y las w, solo existen tres vocales (a, i, u), no se incluyen letras como la b, la c o la g y aparecen la ch y la sh. Y las palabras que conocíamos escritas conforme a nuestro idioma, como llacta, guagua, huaca o cuchi, se convierten en llakta, wawa, waca y kuchi, cuando las escribimos en quichua.

Pero así como el quichua se escribe ya con su propio alfabeto, el castellano no ha dejado de ser castellano, y cuando usa palabras provenientes del idioma andino lo hace castellanizándolas, así como castellaniza las voces que toma de cualquier otro idioma; no decimos football sino fútbol, hablamos del chofer y no del chauffer, comemos tomate y no tomatl, pagamos nuestras cuentas con dólares y no con dollars.

Las palabras quichuas que han enriquecido el castellano se escriben, por eso, a partir del alfabeto y los sonidos castellanos: cancha, carpa, choclo, inca o pucho y no kancha, karpa, chukllu, imka o puchu.

Una de esas palabras es quichua y así se escribe en castellano, por la misma razón por la que escribimos inglés y no english, alemán y no deutsch, francés y no français.

Kichwa es una palabra propia del idioma al que da nombre y no del castellano. Incluirla en este último exigiría, por un mínimo de coherencia, hacer lo propio con palabras provenientes de otros idiomas y escribir, por ejemplo, London, New York o Москва.
jueves, 22 de febrero de 2018
Conoce a Johanna Villegas, Directora de los Consultorios Jurídicos Gratuitos y Nueva Profesora Clínica

Conoce a Johanna Villegas, Directora de los Consultorios Jurídicos Gratuitos y Nueva Profesora Clínica

Johanna Villegas es abogada graduada summa cum laude, en el Colegio de Jurisprudencia de la USFQ. Obtuvo su Maestría en Derecho (LLM) en Derecho Internacional de los Derechos Humanos, summa cum laude, en la Universidad de Notre Dame. Además, tiene una Maestría en Relaciones Internacionales con mención en Derecho Humanos y Seguridad por FLACSO sede Ecuador. Además tiene un Diplomado Internacional de Experto en Manejos de Conflictos Interculturales por el Centro Internacional de Estudios Interdisciplinarios en Perú. 



En el ámbito laboral ha trabajado como asesora en el Consultorio Jurídico Gratuito de la USFQ desde junio 2013 hasta julio 2015. También fue becaria y consultora en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington DC. Asimismo, ha trabajado como consultora para UNICEF, PNUD y la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas. 


Actualmente, Johanna ocupa el cargo de Directora del Consultorio Jurídico Gratuito de la USFQ. El Consultorio Jurídico Gratuito es una dependencia adscrita al Colegio de Jurisprudencia creada para brindar asesoría y patrocinio jurídico gratuito a personas que carecen de los medios económicos necesarios para contratar los servicios de un abogado particular. Adicionalmente, Johanna se incorporó en el segundo semestre 2017/2018 como profesora de la materia de Clínicas Jurídicas en la USFQ. ¡Bienvenida!
miércoles, 21 de febrero de 2018
María Gracia Naranjo, mejor egresada 2017

María Gracia Naranjo, mejor egresada 2017


La estudiante de Jurisprudencia María Gracia Naranjo Ponce fue la mejor egresada de la clase 2017 de la Universidad San Francisco de Quito.  Como parte de este honor, María Gracia fue la encargada de realizar el Discurso de Petición de Títulos en la Cuadragésima Sexta Ceremonia del Comienzo que se llevó a cabo el sábado 17 de febrero del 2018 en las instalaciones de la USFQ. ¡Felicidades! 

Discurso de petición de títulos por María Gracia Naranjo:  

Estimadas autoridades, profesores, familiares, compañeros y amigos:

Mi nombre es María Gracia Naranjo Ponce, graduada de Jurisprudencia. Es un honor para mí estar frente a ustedes y representar a mis compañeros de la clase de 2017, de la mejor universidad del país. 

Cuando fui admitida a la USFQ, yo me encontraba ya inscrita en otra universidad, en la cual había pagado el año completo de matrícula. Yo me inclinaba por una universidad con horarios flexibles, que me permitiera trabajar desde el inicio de mis estudios. Quería estudiar en una universidad en donde solamente tuviera que tomar materias de la carrera para especializarme rápidamente, sin “perder tiempo” en materias de colegio general. 

Decidí entrar a la USFQ cuando se me otorgó una beca para cursar mis estudios, y gracias a la presión del Decano de Jurisprudencia -en ese entonces vicedecano-, Farith Simon, quien me convenció que la USFQ era el mejor lugar para mí. Y así fue. A los pocos días de haber entrado a la USFQ me di cuenta de que mi concepto de universidad ideal había sido equivocado. La universidad que yo necesitaba no era una que me permitiera trabajar desde los 18 años, porque tendría toda la vida para hacerlo; sino una universidad que me diera las herramientas suficientes para ser una gran profesional y persona en el mundo actual. La universidad que yo necesitaba no era una que me diera únicamente materias de especialización, sino una universidad que me permitiera ser una profesional y persona multidisciplinaria. Y eso es lo que te brinda la USFQ. 

El resultado de haber finalmente elegido esta universidad fue ese: el haber pasado un poco más de 5 años enamorada de la filosofía de las artes liberales; el tomar materias que no son de mi carrera que contribuyeron a formarme de una manera holística; el haber podido estudiar un año en el exterior en una de las mejores universidades del mundo; el haber podido elegir una segunda carrera; el mantener amistades con estudiantes de carreras muy distintas a la mía; el tener una relación de cercanía y amistad con mis profesores; entre muchas otras cosas que solo pasan en la USFQ.

Estoy segura de que todos tuvimos experiencias distintas a lo largo de nuestro paso por la USFQ. Pero a pesar de todas esas experiencias distintas, ahora todos tenemos dos cosas en común: 1) el llevar con orgullo un título de la USFQ, la mejor universidad del país; y 2) el graduarnos en el 2018, en un mundo con oportunidades que definitivamente no existían antes, en un gran momento para empezar una vida profesional, en un buen momento para vivir.

¿Y por qué hago énfasis en el año o época de nuestra graduación? Porque creo firmemente que no es lo mismo graduarse de una universidad hoy, en 2018, de lo que habría sido hacerlo hace algunas décadas. Vivimos en una época en la que nuestros conocimientos, aptitudes y experiencias valen más que nuestras posesiones; y en la que las ideas pueden llegar a valer mucho más que cualquier bien material. Vivimos en una época en la que se valora más el trabajo en equipo que la individualidad; la diversidad, que la uniformidad. Una época en la que la tecnología nos permite comunicarnos de manera inmediata con personas que están lejos, tener en la palma de nuestras manos toda la información que pudiéramos imaginar. Vivimos en una época en la que muchas mujeres podemos acceder a educación de la misma calidad que nuestros compañeros hombres; y en la que se lucha para que las minorías tengan los mismos derechos que todos los demás. Una época en la que nuestra expectativa de vida se ha duplicado con respecto a la de hace un par de siglos; en la que la tasa mundial de analfabetismo se redujo a 1/5 de lo que fue hace 200 años; y estamos en camino al acceso universal a educación para niños y niñas. Vivimos en una época en la que las democracias son la regla y los regímenes autocráticos la excepción; en la que podemos tener la esperanza de que los corruptos poco a poco caen por su propio peso.

Hace poco más de 100 años, la educación de tercer nivel era un privilegio al que las mujeres no podíamos acceder; la tecnología era un medio de guerra y no un instrumento para mejorar la vida de las personas; y la libertad era un prerrogativa concedida a muy pocos.

Es por esto, que debemos ser lo suficientemente visionarios, para reconocer las enormes oportunidades de empezar nuestras vidas como profesionales en la era digital. Debemos ser lo suficientemente conscientes de nuestra realidad, para ejercer nuestras profesiones con miras a mejorar nuestra sociedad y la vida del resto.

El hecho de que sea un buen momento para vivir no quiere decir que vivimos en un mundo sin problemas, en una sociedad justa e igualitaria, en donde se respetan los derechos de todos y donde todos tenemos las mismas oportunidades; porque no es así. Lo que quiere decir es que tenemos las herramientas para hacer de este un mundo aún mejor, de nuestra sociedad una aún más justa, y del respeto de los derechos de todos una realidad. Estas herramientas sin duda nos ha dado la universidad.

Es por esto que debemos estar siempre agradecidos con la USFQ, no solo por ser nuestro hogar durante los últimos años, sino por formarnos con lo necesarias para enfrentarnos a los retos y oportunidades del mundo actual; con nuestros profesores, por ser no solo la fuente de nuestro conocimiento, sino un ejemplo a seguir; con nuestras familias, por brindarnos su apoyo y la mejor educación. 

Ahora estamos listos para salir al mundo real, en donde nuestro éxito no está determinado por nuestras calificaciones, sino por nuestra posibilidad de contribuir con el mejoramiento de la sociedad. Estamos listos para comernos el mundo con el orgullo de decir que somos graduados de la USFQ. 

¡Felicitaciones a todos!
viernes, 16 de febrero de 2018
ENSEÑAR DERECHO

ENSEÑAR DERECHO


Fabián Corral B.
Fundador y Decano Emérito del Colegio de Jurisprudencia de la USFQ


Por deformación académica, por alguna dosis de arrogancia, o por genuina convicción,  cada grupo profesional cree que la suya es la actividad principal, de la que depende la sociedad o la vida misma. Sin embargo, toda profesión, arte u oficio es respetable porque es emprendimiento humano, y es digno, porque es ejercicio de inteligencia, habilidad y constancia. Hay matices en el aprendizaje y en el ejercicio de cada uno, y en esa diversidad está la  riqueza de la sociedad.

1.- El drama de enseñar Derecho.- Explicar el Derecho a jóvenes que llegan a la universidad con la ilusión de ser políticos, diplomáticos o profesionales exitosos, es uno de los dramas más interesantes que un profesor enfrenta, porque implica desentrañar, en un ejercicio de anatomía de la realidad, la estructura social y sus comportamientos; supone atreverse con la moral y sus reglas, distinguir las costumbres de las leyes, separar los prejuicios de las pautas, descubrir las tradiciones que animan a los usos; exige situar el papel de las ideas, señalar las perversiones que pueden encerrar las ideologías, puntualizar los límites del poder y las responsabilidades de los intereses.  La enseñanza universitaria no puede ignorar el hecho de que las leyes regulan y moldean a las personas, que son seres complejos, difíciles de meterles en los rigores de una “doma”. Y que son objeto y sujeto de su estudio esos seres morales con destinos independientes, con proyectos que deben nacer de la libertad y no del instinto. Desde esa perspectiva, enseñar Derecho es un atrevimiento que, a veces, al menos a mí, me asusta,  ya que es meterse a decir cómo y por qué algo es delito o conducta deseable; es juzgar y resolver, en el modesto espacio del aula, algunos grandes temas de la humanidad. Grave empresa esa de emprender semejante aventura.

2.- El punto de partida de la libertad.- El Derecho, para algunos, es adversario de la libertad. En ese error se incurre si el enfoque es superficial, porque, entonces, el ordenamiento jurídico se presenta como una estructura de limitaciones  o sistema de prohibiciones que coartan la conducta, penalizan algunos actos y organizan las iniciativas en contra de la voluntad de los sujetos. Sin embargo, vistas las cosas de otro modo, las reglas jurídicas deberían ser métodos para articular las libertades,  fortalecerlas y defenderlas del abuso de los otros, perfilando los derechos individuales frente al poder y generando métodos de protección, sin los cuales la arbitrariedad será la única razón que “justifique”, o que legitime, los actos administrativos o las sanciones que, finalmente, son expresión de la voluntad de mando. En el viejo entendido de los clásicos, la libertad es la libertad bajo la ley, no la precaria libertad bajo el gobierno. Es la posibilidad de decidir bajo “el poder sin pasión”, como alguien llamó al Derecho. La verdad es que no hay libertad sin reglas.

3.- El problema de los límites y el asunto de la venganza.- En el Derecho Político, los temas centrales pasan por problema de los límites al poder, el de los límites a la democracia,  el del freno a las inclinaciones totalitarias que encierran los dogmas que inspiran a las revoluciones. Detrás de evocaciones justicieras, probablemente esté agazapada alguna dosis sobreviviente de venganza, algún plan de dominación, alguna consigna para lograr  la gratuita obediencia de los súbditos. Es que uno de los asuntos más complejos que deberá de enfrentar el profesor, es aquel de contar a sus alumnos que la justicia comenzó como venganza, y que aquello de “ojo por ojo y diente por diente” fue el primer esfuerzo civilizador para poner  freno, medida y equivalencia a  aquel sentimiento primitivo que está en el fondo de tantas guerras y de tanta violencia.

4.- El episodio de los derechos.- Para más de un profesor será problema el de los derechos individuales, es decir, esas concretas expresiones de dignidad que tanto estorban a algunos. Eso ocurre si el académico no alcanza a comprender, o no admite, que los derechos y las potestades de las personas son anteriores al poder y superiores a la ley,  que constituyen el freno moral a la acción de los gobiernos, y más aún -como alguien dijo- son “indisponibles”, es decir, irrenunciables por los mismos titulares e intocables incluso por los estamentos democráticos y por las mayorías legislativas, que no tienen facultad para atropellarlos al dictar leyes lesivas, ni propiciando actos abusivos, ni edificando sobre los individuos entelequias colectivas, que son invenciones para justificar teorías e impulsar  grandezas y locuras, en las que los teóricos y los políticos de todas las latitudes han sido especialmente fértiles.  El Derecho como filosofía, y el Derecho como sistema de normas, son, en último término,  herramientas de los humildes, pero nobles y esenciales derechos individuales, fundamentales, civiles o como quiera que técnicamente se los llame, derechos que, además -y esa es una de sus virtudes- son la piedra en la bota del poder.

El tema, para el profesor y para el legislador, está en conciliar los derechos subjetivos con las normas, y en entender que hay un punto de inflexión que separa el Derecho del abuso, desde el cual se preserva la libertad y se señalan los límites de la legitimidad del poder y las fronteras  donde comienza la arbitrariedad.

4.- El asunto de la realidad.-  Pecado de los académicos e inclinación de los aprendices  es creer  que el mundo se agota entre las paredes del aula, y que fuera de ella sobrevive intocada la teoría. No se puede ignorar la doctrina, ni debe dejarse de lado la explicación de los principios inspiradores del ordenamiento legal, no se puede prescindir de las lecturas y de la investigación, ni se debe explicar la ley ignorando el Derecho. Esas son las sustancias del aprendizaje. Pero tampoco es razonable construir paraísos que dan la espalda a la realidad. Si es así, el alumno sale armado de ilusiones a sufrir el descalabro de ese mundo ideal cuando pisa el primer juzgado y lee sin entender la primera sentencia, porque contradice  y anula los principios aprendidos. La lección de la realidad es asignatura indispensable para que la frustración, el acomodo o el cinismo no perviertan tantas brillantes carreras, tantas cabezas limpias.

Enseñar Derecho es una aventura intelectual y moral, un cotidiano homenaje a los derechos y un testimonio  de las libertades. Valió la pena intentar tal empresa.


Mayo 2012
jueves, 15 de febrero de 2018
Conoce a María Montserrat Andrade, la nueva Coordinadora Académica del Colegio de Jurisprudencia

Conoce a María Montserrat Andrade, la nueva Coordinadora Académica del Colegio de Jurisprudencia


María Montserrat Andrade se ha incorporado al Colegio de Jurisprudencia como Coordinadora Académica de Pregrado. Su carrera se ha enfocado principalmente en Derecho de niñez y adolescencia. Es Abogada por la USFQ, con un minor en Educación. Es Máster en Derecho de la Globalización e Integración Social de la Universidad de Navarra, y ha realizado cursos de Derechos Humanos y Arte; Sustracción Internacional de Niños, Niñas y Adolescentes; y, Refugio, Desplazamiento interno y Derechos Humanos. Se ha desempeñado como Supervisora de la Subdirección Nacional de Acceso a la Justicia y Pluralismo Jurídico en el Consejo de la Judicatura, Analista de Instrumentos Internacionales sobre corrupción en el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Miembro del Comité de Asignación Familiar de Adopciones, Abogada de Autoridad Central en Adopciones y Restituciones Internacionales. Además, es profesora a tiempo parcial en el Colegio de Ciencias Sociales y Humanidades donde imparte el curso "Más allá de la Educación: Prevención y Protección Integral a los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes". Con su extensa experiencia laboral y académica, sabemos que María Montserrat es una excelente adición a nuestro Colegio. ¡Bienvenida!
martes, 6 de febrero de 2018
Conoce a Karla Andrade, nueva profesora del Colegio de Jurisprudencia

Conoce a Karla Andrade, nueva profesora del Colegio de Jurisprudencia




Karla Andrade se incorporó a la Universidad San Francisco como profesora a tiempo especial.  Karla es graduada del Colegio de Jurisprudencia de la USFQ y es PhD en Derecho Constitucional por la Universidad de Sevilla. 

En el ámbito laboral se ha desempeñado tanto en el sector público como en el sector privado y en diversas ONG’s. En los últimos años ha ejercido como Asesora de la Corte Constitucional del Ecuador, Evaluadora externa de programas de postgrado del Consejo de Educación Superior (CES), Asesora de la Coordinación General de Asesoría Jurídica de SENPLADES y como Consultora del Centro Ecuatoriano de Derecho Ambiental–CEDA.

En la actualidad, se desempeña como socia del Estudio Jurídico Lex Buró Abogados, donde se dedica al litigio en defensa de derechos constitucionales y a brindar asesoría constitucional a estudios jurídicos y empresas nacionales y extranjeras.

En la USFQ Karla dicta los cursos de Clínicas Jurídicas, Sujetos del Derecho, Derecho Constitucional y Procesos Constitucionales. Aparte de sus distintas cátedras en la USFQ es profesora en la Universidad Andina Simón Bolivar. 

¡Damos la más cálida bienvenida a Karla, experta en Derecho Constitucional, al Colegio de Jurisprudencia de la USFQ!

Blog publicado por la Universidad San Francisco de Quito USFQ bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional Licencia Creative Commons
Contenido del blog producido por el Colegio de Jurisprudencia, con el apoyo tecnológico de la Oficina de Comunicación Virtual USFQ. Diseño del blog: Bthemez

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