Serie de Publicaciones del Minor de Derecho Ambiental del Colegio de Jurisprudencia de la USFQ

¿Osos en Quito? Una osa de anteojos con sus dos cachorros llamó la atención de turistas, rescatistas y personal del Teleférico de Quito el pasado fin de semana vistos en las faldas del volcán Rucu Pinchincha en busca de comida. Estos páramos, bosque nublados y bosques subtropicales forman parte de las 65 mil hectáreas  que involucra 5 parroquias rurales: Calacalí, Nanegal, Nanegalito, Nono y San José de Minas bajo el Corredor Ecológico de Osos Andino del Distrito Metropolitano de Quito declarados como tal y que corresponde al 16% del territorio rural del Distrito. 

Normalmente estos osos pasan la mayoría de tiempo atrás del Pichincha donde se conservan grandes territorios de páramo y suelen moverse hasta llegar a los bosques nublados del noroccidente. El oso de anteojos el único úrsido que existe en América Latina y es endémico de los Andes de Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, y el norte de Argentina. Se encuentra amenazado por la destrucción de su hábitat y por la cacería. Las amenazas para su supervivencia son la tenencia informal de la tierra, el uso desordenado del suelo y las prácticas agropecuarias extensivas que derivan en varios conflictos entre humanos y osos llegando a prácticas como la cacería. La carretera Calacalí- Nanegalito-La Independencia que atraviesa el noroccidente del DMQ actúa como una barrera al normal desplazamiento de osos y otros mamíferos grandes que arriesgan su vida al cruzarla o simplemente no lo hacen, pero esta limitación puede comprometer la salud genética de la población de osos al impedir el intercambio de genes entre individuos de un lado de la carretera con aquellos del otro costado. De los 2.000 que se estiman existen en el Ecuador, en el Distrito se han registrado 50  en el noroccidente de la capital que están siendo monitoreados e investigados  bajo el Programa de Conservación del Oso Andino de la Secretaria de Ambiente del DMQ y la USFQ para salvaguardar de la extinción a esta especie emblemática de Quito y la biodiversidad asociada que habita en el Corredor del Oso. 

Estos animales son silvestres, es decir, viven sin contacto con seres humanos y están catalogados como amenazados a nivel local y regional. La legislación que los protege es amplia, la Constitución ecuatoriana del 2008 (art. 400) que declara como interés público a la biodiversidad silvestre; el Texto Unificado de Legislación Secundaria de Manejo Ambiental, Libro IV de la biodiversidad del  2003 (art.103) que prohíbe la cacería de esta especie amenazada o en peligro de extinción, y la reciente incorporación de normativa en el Código Orgánico Integral Penal del 2014 (art.247) que protege a esta especie y lo cataloga como delito contra la flora y fauna silvestre aquella persona que cace, pesque, capture, recolecte, extraiga, tenga, transporte, trafique, se beneficie, permute o comercialice, especímenes o sus partes, sus elementos constitutivos, productos y derivados, de flora o fauna silvestre terrestre, marina o acuática., de especies amenazadas, en peligro de extinción y migratorias, listadas a nivel nacional por la Autoridad Ambiental Nacional y tratados internacionales ratificados por el Estado, cuya sanción es la pena privativa de libertad de uno a tres años.  Esta especie, el oso andino o llamado más carismáticamente oso de anteojos consta en el libro rojo de mamíferos del Ecuador desde el 2011.

Foto de Camilo Cevallos